Tratamiento nutricional para Síndrome de Intestino Irritable

El Síndrome del Intestino Irritable (SII) es un trastorno gastrointestinal funcional caracterizado por dolor abdominal crónico o malestar y alteraciones en los hábitos intestinales. Este afecta al 11% de la población y tiene consecuencias significativas para la calidad de vida.

Síndrome Intestino Irritable

¿Qué es el Síndrome de Intestino Irritable?

El síndrome del intestino irritable, también conocido como colon irritable, es una de las enfermedades gastrointestinales más comúnmente diagnosticadas. En ausencia de cualquier otra enfermedad causante, el SII se define como la presencia de dolor o malestar abdominal junto con hábitos intestinales alterados.

Afecta desproporcionadamente a las mujeres en comparación con los hombres, en una proporción de 1.5 a 3 veces.

Diagnóstico del Síndrome de Intestino Irritable

El diagnóstico del SII se basa en criterios clínicos, como los criterios de Roma IV, ya que no hay una prueba específica o anormalidad estructural que lo confirme. Los criterios de Roma IV permiten un diagnóstico clínico del SII basado en síntomas específicos, y no en pruebas estructurales o metabólicas. El criterio Roma IV se utiliza ampliamente en la práctica clínica para diagnosticar el SII y se consideran un método positivo para el diagnóstico, lo que significa que se basa en la presencia de síntomas en lugar de excluir otras enfermedades mediante pruebas extensivas.

Criterios de Roma IV

El criterio de Roma IV define el SII como dolor abdominal recurrente que ocurre, en promedio, al menos un día por semana en los últimos tres meses. Este dolor debe estar asociado con al menos dos de los siguientes síntomas:

  • Defecación: el dolor se alivia o empeora con la defecación.
  • Cambio en la frecuencia de las heces: existe una alteración notable en la frecuencia con la que se evacúan las heces.
  • Cambio en la apariencia de las heces: las heces cambian su consistencia o forma.

Síntomas del Síndrome de Intestino Irritable

Los pacientes con colon irritable presentan una variedad de síntomas que afectan su calidad de vida, y no se limitan solo a los síntomas gastrointestinales. El estudio The impact of irritable bowel syndrome on health-related quality of life mostró que los pacientes con SII tienen puntuaciones más bajas en la escala de calidad de vida SF-36, específicamente en áreas como dolor corporal, bienestar emocional, fatiga y funcionamiento social deficiente.

Los síntomas del síndrome de intestino irritable incluyen dolor abdominal, irregularidades en las heces y distensión abdominal, acompañados de comorbilidades somáticas, viscerales y psiquiátricas.

Manifestaciones clínicas del SII

  • Dolor abdominal crónico: sensación de calambres de intensidad variable, generalmente en el abdomen inferior.
  • Hábitos intestinales alterados: diarrea, estreñimiento o una combinación de ambos, y descarga de moco junto con las heces.
  • Comorbilidades gastrointestinales del SII: el SII coexiste frecuentemente con otras condiciones gastrointestinales, como la dispepsia funcional (DF) y el trastorno por reflujo gastroesofágico (ERGE). Se ha encontrado una relación clara entre estas condiciones y el SII, con pacientes que presentan SII siendo más propensos a tener DF y ERGE.
  • Comorbilidades extraintestinales del SII: el SII también se ha asociado con varias comorbilidades extraintestinales, como el dolor crónico, el síndrome de fatiga crónica y varias condiciones psiquiátricas como la depresión y la ansiedad. La fibromialgia, un trastorno de dolor crónico, tiene una prevalencia notablemente alta entre los pacientes con SII. La conexión entre la salud mental y el SII es bidireccional, el estrés emocional puede exacerbar los síntomas del SII y viceversa.

Causas del Síndrome de Intestino Irritable

La causa principal del colon irritable no está completamente clara, ya que varios factores juegan un papel en su etiología. La teoría más aceptada sobre la etiología del síndrome de intestino irritable es el modelo biopsicosocial, que sugiere que los síntomas son resultado de la interacción entre factores psicológicos, conductuales, psicosociales y ambientales:

  • Trastornos de la motilidad gastrointestinal: el SII está asociado con alteraciones en la motilidad, secreción y sensibilidad gastrointestinal. En algunos pacientes se detectan anormalidades motoras como aumento de la frecuencia e irregularidad de las contracciones luminales y tiempo de tránsito prolongado en el SII predominante con estreñimiento.
  • Serotonina: la serotonina juega un papel crítico en la regulación de la motilidad, secreción y sensibilidad gastrointestinal. Las alteraciones en la señalización de la serotonina pueden llevar a síntomas intestinales y extraintestinales en el SII.
  • Hipersensibilidad visceral: la hipersensibilidad visceral es uno de los factores principales que causan síntomas en pacientes con SII, resultando en una mayor sensación en respuesta a estímulos. Esto puede ser influenciado por una tendencia psicológica a reportar dolor y urgencia.
  • Trastornos de la barrera intestinal: algunos autores reportan un aumento en la permeabilidad de la mucosa intestinal y la disrupción de las uniones estrechas en subgrupos de pacientes con SII, lo que podría estar asociado con la interacción entre la permeabilidad de la mucosa, hipersensibilidad visceral e inflamación.
  • Estrés: la asociación entre el SII y factores psicológicos, especialmente la ansiedad y el estrés, ha sido descrita durante muchos años. El estrés crónico puede llevar a inflamación intestinal y disfunción de la barrera mucosa.
  • Alimentos: algunos pacientes con SII reportan un empeoramiento de los síntomas después de comer y perciben intolerancia a ciertos alimentos.
  • Infecciones: la gastroenteritis es un desencadenante común para el SII. Los síntomas pueden ser desencadenados por una infección entérica y persistir durante semanas, meses o años.
  • Sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO): el SIBO se asocia con un aumento en el número y/o tipo de bacterias en el tracto gastrointestinal superior. Algunos estudios demuestran niveles anormales de hidrógeno en el aliento en pacientes con SII, así como una mejora en los síntomas después de la erradicación del sobrecrecimiento bacteriano. La relación entre SIBO y SII sigue siendo un área de debate. Estudios recientes continúan cuestionando la relevancia clínica del SIBO en el SII debido a la falta de un estándar de oro para el diagnóstico y las inconsistencias en los métodos de prueba, como las pruebas de aliento con lactulosa.
  • Microbiota intestinal: la relación entre el estrés y la microbiota intestinal se ha estudiado durante muchos años. Estudios recientes han demostrado que la microbiota intestinal puede influir en la comunicación intestino-cerebro en la salud y la enfermedad.
  • Inflamación de bajo grado: se ha reportado un aumento en el número de linfocitos en el colon y el intestino delgado en un subconjunto de pacientes con SII, lo que puede llevar a respuestas motoras y viscerales anormales dentro del intestino.
  • Factores genéticos: la patogénesis del SII se ha basado tradicionalmente en el modelo biopsicosocial. Sin embargo, hay un interés creciente en identificar mecanismos moleculares potenciales en el SII. El SII se agrupa en familias y la concordancia del SII es el doble de alta en gemelos monocigóticos en comparación con gemelos dicigóticos.

Tratamiento del Síndrome de Intestino Irritable

Las opciones de tratamiento son limitadas y la investigación sobre la etiología y la fisiopatología de esta enfermedad multifactorial está en curso. Algunas estrategias utilizadas como tratamiento al SII son las siguientes:

FODMAPs

Restricción de ciertos hidratos de carbono para mejorar síntomas. Los síntomas del SII pueden estar relacionados con la absorción deficiente de hidratos de carbonos en algunos pacientes. Específicamente, se puede considerar la restricción de oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables (FODMAPs). Este grupo incluye fructanos, galactanos, lactosa, fructosa, sorbitol, xilitol y manitol. Aunque los estudios que documentan la mejora en pacientes que restringen estos alimentos son limitados, esta es una opción segura a considerar. Reducir la ingesta de FODMAPs es una de las formas más seguras y sencillas de alterar la microbiota intestinal, y puede llevar a una mejora significativa en síntomas como la hinchazón y la diarrea. Aunque la evidencia que respalda el uso generalizado de la reducción de FODMAPs en pacientes con colon irritable es limitada, los estudios indican que esta estrategia puede ofrecer beneficios duraderos.

Dietas de exclusión de alimentos

Los pacientes pueden comenzar a asociar la ingestión de ciertos alimentos como los alimentos grasos, la cafeína, las bebidas alcohólicas, los alimentos carbonatados o los alimentos que producen gases como la causa de sus molestias. A pesar de esto, el profesional de la salud no debe restringir excesivamente la dieta del paciente para evitar el riesgo de deficiencias nutricionales. En lugar de ello, se puede instruir al paciente para que limite los alimentos sospechosos y los reintroduzca lentamente de manera individual para observar si los síntomas reaparecen.

Las dietas sistemáticas de exclusión pueden ayudar a identificar alimentos problemáticos específicos para cada paciente, aunque este enfoque puede ser laborioso. En su lugar, puede ser más práctico enfocarse en la exclusión de alimentos comúnmente consumidos que suelen causar problemas, como lácteos, trigo, frutas y verduras específicas.

Intolerancia a la lactosa

La intolerancia a la lactosa, uno de los trastornos genéticos más comunes en todo el mundo, es igualmente prevalente entre los pacientes con síndrome de intestino irritable y la población general. Es prudente que el profesional de la salud tenga un alto índice de sospecha cuando los síntomas de hinchazón, distensión abdominal y flatulencia ocurren. Al darle al paciente una dieta libre de lactosa por un corto período, se puede hacer un diagnóstico presuntivo de intolerancia a la lactosa si los síntomas se resuelven.

Dieta sin gluten

En el estudio Gluten causes gastrointestinal symptoms in subjects without celiac disease: a double-blind randomized placebo-controlled trial se vio que pacientes con colon irritable que no tenían enfermedad celíaca lograron un control satisfactorio de los síntomas con una dieta sin gluten, lo que indica que el gluten era un desencadenante de los síntomas intestinales. Este fue un estudio doble ciego, aleatorizado y controlado con placebo que incluyó solo a 34 pacientes, pero hubo una mejora estadísticamente significativa en los síntomas generales, el dolor abdominal, la hinchazón, la satisfacción con la consistencia de las heces y la fatiga. Sin embargo, el mecanismo subyacente de esta sensibilidad no fue identificado. Por lo tanto, se puede considerar una prueba de una dieta sin gluten, incluso si la enfermedad celíaca fue excluida en la evaluación inicial.

Se requiere más investigación para entender completamente este mecanismo.

Uso de probióticos

Los probióticos son microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren beneficios a la salud del paciente. En el contexto del colon irritable, los probióticos pueden ser útiles para ciertas personas, pero es esencial seguir las recomendaciones del profesional de la salud para maximizar su efectividad.

Los probióticos deben ser probados durante al menos un mes a dosis adecuadas antes de evaluar su eficacia en el tratamiento del SII. Los probióticos pueden empeorar temporalmente los síntomas antes de ver una mejora.

Aunque se sabe que los probióticos tienen un impacto positivo en algunos pacientes con SII, aún existen muchas preguntas sin resolver sobre su administración, como cuáles son las cepas más efectivas, si es mejor usar una sola cepa o una mezcla, y cuál es el mejor método de administración.

Los probióticos han mostrado beneficios en algunos pacientes con SII, pero hay variabilidad en los resultados de diferentes estudios. La American Gastroenterological Association (AGA) actualmente no tiene una recomendación oficial sobre el uso de probióticos para el tratamiento del SII debido a la heterogeneidad de los estudios y la falta de evidencia concluyente.

Herramientas y estrategias para controlar los síntomas no gastrointestinales

  • Terapias psicológicas: la terapia cognitivo-conductual (TCC) ha demostrado ser más efectiva que el cuidado usual en el alivio de los síntomas globales del SII.
  • Manejo del estrés: técnicas de manejo del estrés como la oración y la meditación pueden ser beneficiosas.
  • Ejercicio físico: La actividad física regular puede ayudar a reducir la fatiga y mejorar el estado de ánimo.

El trabajo del nutriólogo en el tratamiento del Síndrome de Intestino Irritable

Uno de los aspectos más importantes en el manejo de pacientes con síndrome del intestino irritable es crear una relación de confianza entre el paciente y el nutriólogo. Esta relación se construye mediante la escucha activa, mostrando empatía y estableciendo expectativas realistas para el tratamiento.

El manejo del SII requiere un enfoque cuidadoso para evitar restricciones innecesarias que puedan llevar a deficiencias nutricionales. Los nutriólogos debemos guiar a los pacientes en la reintroducción gradual de alimentos para identificar aquellos que exacerban los síntomas y así personalizar el manejo nutricional del SII.

Si necesitas ayuda para tratar los síntomas del colon irritable y te encuentras en Puebla o alrededores, o bien deseas una consulta nutricional en línea, no dudes en ponerte en contacto conmigo.

Preguntas Frecuentes sobre el Síndrome de Intestino Irritable

El síndrome de intestino irritable es una afección crónica que dura toda la vida. Sin embargo, los síntomas pueden variar en intensidad y pueden ser manejados con tratamiento adecuado y cambios en el estilo de vida.

El síndrome de intestino irritable no es una enfermedad que ponga en peligro la vida del paciente, pero puede afectar significativamente la calidad de vida de quienes lo padecen. Los síntomas, que incluyen dolor abdominal, diarrea y estreñimiento, pueden ser graves y debilitantes, interfiriendo con las actividades diarias y el bienestar emocional del paciente.

Alimentos como productos de trigo, ciertas frutas y verduras, sorbitol y algunos lácteos contienen carbohidratos de cadena corta, conocidos como FODMAPs. Estos alimentos pueden aumentar los síntomas gastrointestinales en pacientes con síndrome de intestino irritable. Sin embargo, es importante individualizar el tratamiento, ya que la dieta FODMAP puede ser agresiva para algunas personas. Cada paciente puede reaccionar de manera diferente, por lo que es importante trabajar con un nutriólogo para adaptar los planes de alimentación a las necesidades específicas de cada individuo.

La dieta para colon irritable incluye la restricción de oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables (FODMAPs). También se puede considerar una dieta sin gluten, incluso si la enfermedad celíaca ha sido excluida en la evaluación inicial. Pero recuerda que es importante individualizar los planes alimenticios porque la dieta FODMAP puede ser agresiva, siempre se debe ir acompañado de un nutriólogo especialista en este tipo de afecciones.

Si no se maneja adecuadamente, el síndrome de intestino irritable puede llevar a un empeoramiento de los síntomas, lo que puede afectar significativamente la calidad de vida. Los pacientes pueden experimentar un aumento en la frecuencia e intensidad del dolor abdominal, diarrea, estreñimiento y otros síntomas relacionados.

Para evitar o manejar el síndrome de intestino irritable, es importante mantener una alimentación equilibrada, realizar ejercicio regularmente, manejar el estrés a través de técnicas como la oración o la meditación, y seguir las recomendaciones de un nutriólogo para un tratamiento personalizado.

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Sobre la autora

Nutriólogos en Puebla | Nutrióloga Paulina Madero Mena con 15 años de experiencia

Nutrióloga clínica Paulina Madero Mena

Licenciada en Nutrición y Ciencia de los Alimentos, con cédula profesional número 6226362.

Diplomado en Nutrición Clínica Perinatal y Pediátrica, Posgrado en Coaching Nutricional, Maestría en Nutrición Clínica y Metabolismo, y Educadora en Diabetes.